lunes, 29 de noviembre de 2010

Comentando sobre Jhon Dewey y "La aventura del pensamiento"


John Dewey pedagogo influyente de los Estados Unidos,  considerado como el filósofo de la educación, (de acuerdo a Savater) buscó aportar a través de la educación fundamentos para el desarrollo de la democracia moderna.   Las ideas de Dewey planteaban que en el proceso educativo debía existir complementariedad entre el pensamiento y la acción, entre la teoría y la práctica, entre las ciencias exactas y las humanistas; Dewey creía que el pensamiento es producto de la evolución biológica condicionado a su vez por lo comunicativo, cultural, social, etc., es decir, el enriquecimiento del pensamiento aumentaba a raíz de las experiencias individuales, sociales y la racionalización.
El proceso de conocimiento es constante, el hombre conoce en la incertidumbre de la realidad, en su afán por descubrir, comprender, dominar lo que le rodea; la filosofía es un pensamiento racionalizado que dirige las acciones del hombres para enfrentarse a la realidad; el lenguaje; lo que conocemos como “interaccionismo simbólico” es fundamental para la comprensión de la realidad y del conjunto de valores sociales de cada espacio, por ende la comunicación es imprescindible para la socialización, difusión de conocimientos, para la educación y democracia moderna.  El pensamiento es útil para realizar acciones que nos proporcionen resultados deseados en una realidad cambiante y sensible.
“Para Dewey la democracia es básicamente una pedagogía, y a la vez la educación es democrática y democratizadora, osea, la democracia educa y la educación democratiza” (SAVATER)
Esto propone que la democracia es aprehensible, dialéctica y en constante construcción y el hecho de que sea tomada como una pedagogía incluyente (que democratiza) sugiere que busca la participación de las mayorías, lo que en lugar de delimitarla, la amplia y complejiza debido a que sugiere una mayor participación de factores y seres humanos cambiantes que interactúan para construir un modelo de vida acorde a todos; incluso en un espacio vislumbrado como un “taller” de creación de conocimientos y no de reproducción absoluta de doctrina o de conocimientos ya validados por comunidades científicas, en este “Taller” hay un espacio para la creatividad, interpretación e incluso el desorden que posibilita la ampliación de puntos de vista sobre el tema, un abordaje interdisciplinario y un mejor acercamiento de la teoría con la realidad.  Por ende, es a mi juicio asertiva la propuesta de Dewey al ver a la democracia como una forma de vida y no simplemente como un proceso electoral; es certero al plantear al proceso político como un recurso de la democracia y no como la manifestación total de la democracia, recordando que la democracia moderna se daría de acuerdo al proceso constante de educación y preparación de los ciudadanos para asumir dicha forma de vida.
“El fundamento de la democracia es la fe en la capacidad de la naturaleza humana, la fe en la inteligencia humana y la fe en la experiencia asociada en forma de colaboración y solidaridad, la fe democrática en la igualdad de todos los hombres, es la fe de que cada individuo debe tener la posibilidad de ofrecer la contribución que es capaz y de que el valor de su contribución tiene que ser determinado por su puesto y su función en el todo orgánico de similares condiciones…” (SAVATER refiriéndose al legado de J. Dewey)
Vemos presente en esta cita “La fe” concebida por mi como un elemento presente en cada ser humano, pero no definida por todos de la misma manera, aunque podríamos superficial y brevemente reducirla  a dos categorías: 1) fe racional: aquella establecida por las instituciones consolidadas, por ejemplo fecha de vencimiento, medicinas para la gripe, penalidades por desacato a la ley, etc., es decir aquellas que muy pocas personas cuestionan; 2) fe irracional: aquella difícil de explicar, producto de teodiceas, sueños, etc., que adquiere un carácter particular para cada individuo.  Precisamente una fe de carácter irracional me atrevo a decir es aquella que Dewey poseía por todos los seres humanos para ejercer la democracia en plenitud, y que a mi juicio buscaba pasar de un terreno idealista a una práctica educadora constante y perseverante que lograra llevarla a cabo en su totalidad en el plano social real contemporáneo, vemos como la lógica pragmática de Dewey buscaba la unión teoría/praxis para la transformación social de la democracia con el proceso educativo.   “la democracia es en si misma un principio educativo, un método y una cultura educativa” (SAVATER refiriéndose al legado de J. Dewey)
John Dewey de acuerdo a lo descrito por Fernando Savater en el programa "La aventura del pensamiento", plasmó una idea y concepción de la educación bastante interesante, compleja y que nos lleva a cuestionamientos sobre el actual modelo democrático, sobre la posibilidad de desarrollar una educación para la democracia como forma de vida y sobre las dificultades de desarrollar dicho proyecto.
Mariano Montilla

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